Tecumseh y el profeta – Peter Cozzens

Desperta Ferro publica en español una apasionante obra sobre dos hermanos shawnee que unieron a los indios y desafiaron a Estados Unidos

 Tecumseh y el Profeta. Los hermanos Shawnee que desafiaron a Estados Unidos

Tecumseh y el Profeta. Peter CozzensTapa blanda, 568 pgs., Desperta Ferro.Comprar

Una fría noche de abril de 1805 Lalawethika estaba junto al fuego de su tienda. Era una de tantas noches en las que el shawnee había estado bebiendo hasta la perdición, pero aquella vez todos pensaron que la había encontrado de manera definitiva: tras fumar de su pipa, se desvaneció durante horas. A la mañana siguiente, con sus mujeres llorando, despertó de súbito y contó una de las visiones más impactantes que la aldea había escuchado jamás. Su hermano mayor y jefe, Tecumseh, acababa de encontrar a su profeta y al de muchos otros nativos, había encontrado la forma de unir a los indios en sus horas más bajas.

En aquellos primeros años del siglo XIX, este tipo de visiones proféticas fueron habituales entre los nativos americanos. En 1795, tras firmar el Tratado de Greenville, los indios del Valle del Ohio perdieron gran parte de sus territorios y, para muchas de estas tribus, supuso su momento más oscuro al ser despojados de su ancestral lugar de origen. Pero como nos cuenta Peter Cozzens en Tecumseh y el profeta, publicado en español por Desperta Ferro, no todos aceptaron lo firmado en 1795.

La fascinante obra de Cozzens comienza décadas atrás, con la muerte en batalla del padre de los hermanos. Sin el cabeza de familia, los hijos tuvieron que demostrar desde muy jóvenes que serían válidos ejemplares para su tribu. Y debían hacerlo en un mundo agitado por cruentos conflictos que acarreaban dramáticos cambios.

Tecumseh y Lalawethika crecieron y se criaron al modo shawnee, o lo que quedaba del mismo a finales del XVIII. Según cuenta el autor, por entonces muchas tribus habían cambiado parte de sus costumbres, aceptando algunas de las ropas y alimentos que llevaron “los cuchillos largos”, como los indios del Ohio llamaron a los europeos. Si algo apasionó y preocupó a los nativos desde el principio fue el alcohol.

Nuestros ancianos solían explicar a nuestra gente que una gran serpiente llegaría del mar y destruiría a nuestro pueblo. Cuando vimos el primer barco europeo, los indios vieron el estandarte, con su extremo ahorquillado que ondeaba y se movía como una lengua bífida. “¡Allí! -dijeron-: ¡Esa es nuestra serpiente!”. Cuando los ancianos probaron el ron por primera vez, las lágrimas corrieron por sus mejillas. “Esto -dijeron-, es lo que destruirá a nuestros jóvenes”.

No obstante, los modos shawnee seguían siendo muy distintos a los europeos. Tecumseh se crió como un valeroso cazador desde muy joven, algo que también probó en batalla. A los 12 años, según Cozzens, ya era todo un veterano, aunque le quedaba mucho por probar. No se podía decir lo mismo de Lalawethika, del que se llegó a rumorear que perdió un ojo a propósito para no tener que cazar. Aunque aportaba a la tribu como sanador, muchos lo tachaban de inútil y vago.

El autor hace un trabajo extraordinario al entrelazar los principales acontecimientos políticos con la infancia y adolescencia de los hermanos. En el proceso, también dedica espacio a explicar los modos shawnee, su mitología, organización social, alimentación y costumbres. Muestra el lado más íntimo de estos alegres y feroces indios, capaces de infligir terribles castigos a sus enemigos como de adoptarlos y tratarlos como si fueran de su propia sangre.

Tecumseh y el profeta pone los puntos sobre las íes en todas las cuestiones que toca. Cozzens ha buscado desterrar algunos mitos negativos de la historiografía, respecto a los shawnee y a los propios hermanos (especialmente Lalawethika). No por ello muestra sólo lo bueno, habla tanto de los desmanes de los europeos y estadounidenses como de los que protagonizaban los indios, destaca por igual virtudes y debilidades de los hermanos, sus éxitos y fracasos.

Si algo queda patente a lo largo de la obra, es que Tecumseh y Lalawethika fueron hijos de su tiempo, de un mundo en constante conflicto en el que su pueblo llevaba décadas en retirada. El primero se curtió desde joven en el arte de la caza y la guerra, y mostró pronto dotes de liderazgo, así como un fuerte sentido de la independencia que no siempre jugó a su favor. El segundo se aventuró en el mundo de la sanación, la religión y las visiones proféticas, a las que muchos indios empezaron a acudir tras la masiva pérdida de territorios que acarreó el Tratado de Greenvile.

Durante mucho tiempo, parecía difícil que ambos pudieran trabajar codo con codo, pero todo cambió aquella noche de abril de 1805. Tecumseh apoyó a su hermano desde el primer momento y muchos escucharon impactados el relato de las visiones de Lalawethika, quien cambió entonces su nombre por el de Tenskwatawa. Gracias a las dotes de liderazgo del hermano mayor y el poderoso relato del menor, quien hablaba de volver a un modo de vida más indio y dejó el alcohol, un movimiento panindio comenzó a tomar forma.

En 1809, otro enorme territorio pasó a manos de los Estados Unidos con el Tratado de Fort Wayne. Aunque esto no afectaba a los shawnee, Tecumseh se opuso ya que pensaba, como algunos antes que él, que las tierras indias no pertenecían a una sola tribu, sino que eran de todas. Gracias a este movimiento, Tecumseh empezó a ganar apoyos entre otras tribus mientras que Tenskwatawa fue por fin respetado y reconocido.

El conflicto que se desató entonces acabó mezclado con la guerra entre Gran Bretaña y Estados Unidos de 1812, con la confederación de Tecumseh del lado británico. Un matrimonio de conveniencia que no salió bien y tras el que ambos hermanos conocieron su final: Tecumseh cayó en batalla y Tenskwatawa perdió su prestigio y el respeto de buena parte de su gente.

Peter Cozzens ha realizado un enorme trabajo de investigación y un encomiable ejercicio de honestidad. Es capaz de entrelazar hitos políticos y militares con temáticas antropológicas y culturales. Su narrativa de batallas es sencilla y apasionante, y sus descripciones de la sociedad shawnee minuciosas y entretenidas. Grandes virtudes que la traducción de Javier Romero Muñoz refleja a la perfección.

Tecumseh y el profeta es una obra fascinante, excelentemente documentada y que fluye con naturalidad gracias a la inteligente y vibrante pluma de Cozzens. La historia de los hermanos y su tribu es apasionante, y sirve de marco fantástico para comprender mejor la cruda historia de los pueblos indios y Estados Unidos.

Φ En portada: Tecumseh en la entrevista de Vincenness de 1810Fuente

Peter Cozzens ha sido funcionario de Asuntos Exteriores al servicio del Departamento de Estado y fue capitán en el Ejército de Estados Unidos. Como autor y editor, ha participado en diecisiete libros sobre la Guerra de Secesión y el Oeste americano, con obras tan destacadas como La tierra llora, Shenandoah 1862: Stonewall Jackson’s Valley Campaign o The Darkest Days of the War: The Battles of Iuka and Corinth.

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Graduado en Historia en Sevilla. Entré en esto para saber más de Grecia y Roma y acabé liándome con un tema de moriscos y rebeliones.

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