Durante las últimas décadas, la historiografía ha mostrado mayor interés por los estudios de género y, por suerte, cada vez hay más libros sobre la temática en las librerías. Es decir, un público amplio, no relacionado con la investigación, ha empezado a demandar este tipo de publicaciones.
Dentro de este vasto campo de estudios, los centrados en las mujeres son quizás unos de los que más interés están despertando. Ellas rara vez escribieron la Historia y resulta fascinante cómo podemos llenar ese vacío desde el presente. Soror, Mujeres en Roma, escrita por Patricia González Gutiérrez y publicada por Desperta Ferro, es una obra que busca, precisamente, arrojar luz sobre esas penumbras.
Es posible, como apunta la autora hacia el final del libro, que podamos pensar en un buen número de mujeres famosas de la Antigua Roma, aunque a menudo las conocemos por haberse casado con emperadores (eso sí, con auténtico poder político y económico en ocasiones). Pero poco sabemos de otras muchas, la inmensa mayoría, porque poco o nada nos han contado las fuentes sobre ellas.
Y esta alusión a lo que nos cuentan las fuentes es algo que González Gutiérrez nos recuerda a menudo. Quienes las escribieron tenían sus sesgos, su forma de ver el mundo, prioridades e intenciones y, por lo general, la mujer ocupaba un papel secundario en las diferentes mentalidades de la Antigua Roma.
Es por eso que resulta difícil construir un retrato de las mujeres en Roma, pero a pesar de ello la propuesta de la autora es sólida, interesante y colma las expectativas que genera en la introducción. Hace un gran trabajo al explicar, conforme expone cómo era la vida de las protagonistas de esta obra, qué puede haber de cierto, falso y, por supuesto, qué podían ocultar las fuentes que ha usado para elaborar el libro.
Soror perfila el retrato de una sociedad desigual tanto social como económicamente, algo que se acentúa si incluimos el género en la ecuación. Las mujeres debían ser buenas matronas y realizar, principalmente, actividades domésticas. Esta desigualdad iba desde las normas socialmente aceptadas a las leyes, sirva de ejemplo, como indica González Gutiérrez, que el adulterio era en ciertos casos legal para los hombres pero en ninguno para las mujeres.
No obstante, la historiografía sabe lo suficiente como para asegurar que existieron numerosas excepciones, así como que la desigualdad no se producía del mismo modo entre patricias como entre esclavas o extranjeras.
La autora ofrece un repaso por los diferentes estratos sociales de la Antigua Roma y cómo era la vida de las mujeres en cada uno. Nos explica en qué trabajaban además de en las tareas del hogar y cómo los romanos percibían a aquellas que se salían de la norma.
Todo lo hace con constantes alusiones a fuentes, tanto clásicas como secundarias, así como una crítica de las mismas. El trabajo que hace aquí González Gutiérrez es crucial, porque, además de lo mucho que mienten las fuentes romanas, han sido a veces los historiadores contemporáneos quienes han pintado retratos erróneos asumiendo más de lo que podían.
Soror. Mujeres en Roma, es un enorme trabajo de investigación concentrado en poco más de 200 páginas con maestría. Se lee con facilidad y la autora no da nada por sentado; explica cuando es necesario para que nadie se pierda sin que la narración se resienta. Es, qué duda cabe, un indispensable para comprender nuestro pasado de una forma más completa.
Patricia González Gutiérrez es doctora en Historia por la UCM, máster en Historia y Ciencias de la Antigüedad por la UAM y máster en Estudios de Género por la Universidad de Sevilla. Ha centrado su carrera investigadora en la construcción de género y el control demográfico. Cuenta con numerosas publicaciones sobre estas temáticas, entre las que destaca El vientre controlado. Anticopcepción y aborto en la sociedad romana.